Un vez confirmado el embarazo y para proteger la salud de la madre y del hijo, deben efectuarse las llamadas rutinas obstétricas del primer trimestre, que son una serie de análisis de laboratorio destinados a detectar, de forma precoz, las afecciones que suelen complicar el embarazo.
· Hemograma: Controla la cantidad de glóbulos rojos y blancos en sangre, se realiza para detectar si la mujer padece anemia.
· Glicemia: determina la cantidad de glucosa en sangre y detecta diabetes gestacional.
· VDRL: Detecta la presencia de sífilis materna, la que, de existir, se puede transmitir verticalmente (de madre a hijo).
· Antígeno de superficie para hepatitis B.
· Prueba de serología para la toxoplasmosis aguda. Investiga si se tiene inmunidad contra esa enfermedad.
· Grupo sanguíneo y clasificación RH. Se realiza para prevenir la incompatibilidad entre la sangre materna y la del feto.
· Pruebas serológicas para VIH.
· Pruebas serológicas para Chagas.
· Examen de orina completo. Detecta glucosa, albúmina (enfermedades renales) y leucocitos.
Además de los análisis de rutina, la embrazada debe hacerse, periódicamente exámenes médicos y odontológicos y aplicarse las vacunas correspondientes. También debe seguir un régimen alimenticio adecuado y establecido por el médico a fin de no excederse de peso.
Por lo general no se aconseja:
· aumentar más de 10 Kg durante todo el embarazo.
· No tomar alcohol.
· No fumar.
· Evitar el estrés.
· Mantener controlada la presión arterial sobre todo en casos de hipertensión.
Los aspectos afectivos (como el cuidado y la contención en el entorno familiar y en la pareja) y sociales también son importantes en la vida de la mujer embarazada.
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