martes, 31 de julio de 2012

Lesiones de la piel

Quemaduras
Clasificación según la gravedad

Primer grado: menores
  • Abarca solo la epidermis.
  • Se caracteriza por dolor ligero y enrojecimiento pero no por formación de ampollas.
  • Ejemplo: las quemaduras solares leves.
  • Las funciones de la piel permanecen intactas.

Segundo grado: moderadas
· Abarca la epidermis y parte de la dermis.
· Se caracteriza por enrojecimiento, formación de ampollas, hinchazón y dolor moderado.
· Algunas funciones de la piel se pierden.
Tercer grado: severas
  • Son las quemaduras más graves y abarcan la epidermis, dermis e hipodermis en todo su espesor.
  • Se caracterizan por una hinchazón importante y pérdida de sensibilidad por la destrucción de las terminaciones nerviosas.
  • La mayor parte de las funciones de la piel se pierden.
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Cáncer de piel
El melanoma maligno se origina en los melanocitos que se encuentran en la epidermis.
Factores de riesgo
  • Exposición prolongada al sol.
  • Tipo de piel.
  • Antecedentes familiares de cáncer de piel.
  • Edad. Las personas mayores son más propensas
  • Historial de quemaduras solares en edades tempranas.
¿Cómo prevenir el cáncer de piel?
  • No exponerse al sol entre las 10.00 y las 16.00 horas.
  • Protegerse del sol utilizando gorros, remeras manga larga.
  • Utilizar protectores solares.
Cuidados de la piel

v Dormir ocho horas diarias.
v Evitar el consumo de alcohol y tabaco.
v tomar abundante agua diariamente para garantizar la hidratación de la piel.
v Alimentarnos en forma adecuada, consumir frutas y verduras ricas en carotenos o que contengan vitamina A, C y E que favorecen la regeneración celular y evitan que la piel se reseque.
v Evitar la exagerada exposición al sol (radiación ultravioleta).




















Anexos de la piel

Folículo piloso: cavidad que nace en la dermis y da origen al pelo

Los pelos son filamentos flexibles compuestos de queratina

Protegen la piel contra los rayos solares, el frío y la aíslan del calor.

Uñas: son láminas semitransparentes y duras, compuestas de queratina, que protegen los extremos de los dedos de pies y manos.

Glándulas sebáceas:

· Se ubican en la dermis y junto al folículo piloso.

· Secretan sebo que lubrica el pelo e impide que la piel se reseque.

· No están presentes en la palma de las manos y en la planta de los pies.

· Son muy abundantes en el cuero cabelludo.

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Glándulas sudoríparas:

· Son glándulas tubulares enrolladas que están situadas en la dermis y que se abren al exterior por medio de poros.

· Producen sudor por el cual se eliminan sustancias de desecho y ayuda a regular la temperatura corporal.

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miércoles, 25 de julio de 2012

Hormonas y su acción

Glándula

Hormona

Acción principal

Hipófisis

Hormona de crecimiento (somatotropina)

Estimula el crecimiento del hueso, aumenta la masa muscular, incrementa el tamaño de las vísceras (hígado, corazón, riñones)

Prolactina

Secreción de leche en las mamas.

Hormona estimuladora de la tiroides (TSH)

Estimula la glándula tiroides

Hormona adrenocorticotrófica (ACTH)

Estimula la corteza suprarrenal

Hormona foliculoestimulante (FSH)*

Maduración del folículo ovárico. Estimula la espermatogénesis.

Hormona luteinizante (LH)

Estimula la ovulación y la formación del cuerpo lúteo en las hembras y las células intersticiales en el macho

Hipotálamo

Oxitocina

Contracciones uterinas y producción de leche en las mamas.

Hormona antidiurética (ADH o vasopresina)

Controla la excreción de agua

Tiroides

Tiroxina

Metabolismo celular.

Calcitonina

Inhibe la liberación de calcio del hueso

Paratiroides

Paratohormona

Niveles de calcio en sangre y orina.

Corteza suprarrenal

Cortisol

metabolismo de lípidos

Aldosterona

Regula el balance de agua y sales

Médula suprarrenal

Adrenalina

Aumentan la glicemia, dilatan o contraen vasos sanguíneos, aumentan la frecuencia cardíaca (prepara el cuerpo para la acción). Acción excitante.

Noradrenalina

Acción relajante

Páncreas

Insulina

Reduce la concentración de azúcar (glucosa) en la sangre.

Glucagón

Aumenta los niveles de azúcar en la sangre.

Ovarios

Estrógenos

Control del ciclo menstrual, desarrollo de caracteres sexuales secundarios

Ovarios

Progesterona

Desarrollo del endometrio uterino.

Testículos

Testosterona

Formación de espermatozoides. Desarrollo de caracteres sexuales secundarios.

jueves, 12 de julio de 2012

Aparato locomotor

El aparato locomotor está constituido por el conjunto de los huesos, músculos y articulaciones. Su función es facilitar la deambulación voluntaria en respuesta a las órdenes recibidas de los sistemas nervioso y endocrino. La estructura de los huesos constituye el esqueleto, consistente en unos elementos pasivos del aparato locomotor que actúan como soporte y protección de las partes más delicadas del organismo. Por el contrario, los músculos constituyen el elemento activo, dado que intervienen directamente facultando el movimiento.
Algunos músculos no están asignados específicamente a realizar actividades locomotoras, por ejemplo los de la cara, capaces de expresar gestos, sentimientos y estados de ánimo; o los que emiten sonidos, como la voz, que permiten realizar a los humanos la actividad de comunicación más efectiva con su entorno. Ésta es probablemente una de las capacidades de relación más importantes en el ser humano, pues no sólo constituye un medio de comunicación vocal con otros congéneres, sino también de expresión artística y social (canto, poesía, etc.).
Sistema esquelético
El sistema esquelético está formado por tejido óseo compacto y esponjoso en diferentes proporciones, y adherido a él se encuentra una membrana vascularizada de tejido conjuntivo llamado periostio. La unión entre los huesos se realiza mediante articulaciones.
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Huesos
Cada tipo de tejido óseo existe en el organismo en proporciones que dependen directamente de las fuerzas o tensiones que tiene que soportar. Así, se distinguen los siguientes.
· Huesos planosPredomina en ellos la superficie más que el volumen. Están compuestos por dos capas de tejido óseo compacto que encierran otra de tejido óseo esponjoso. Ejemplo de este tipo de huesos son los omóplatos, cráneo y el pubis.
· Huesos cortosSon pequeños y en general proporcionados por todos sus lados. Se encuentran habitualmente en la columna vertebral y las articulaciones, ejemplo de las vértebras, carpo y tarso.
· Huesos largosSon los de mayor longitud del organismo. Predomina en ellos el tejido óseo compacto de la caña. Constituyen las extremidades.
Huesos largos Huesos planos Huesos cortos
Ø La longitud predomina
sobre el ancho y el espesor.
Ø La parte central recibe el nombre diáfisis y los extremos el de epífisis.
Ø forman el esqueleto de los miembros superiores e inferiores.


Ø El largo y el ancho predominan sobre el espesor.
Ø Una doble lámina de tejido compacto envuelve por fuera el tejido esponjoso interno.
Ø ejemplo: los huesos del cráneo.

Ø La longitud, el ancho y el espesor son más o menos iguales.
Ø Están formados por abundante tejido esponjoso rodeado por una delgada capa de tejido compacto.
Ø Se hallan en las muñecas, en la base del pie y en la columna vertebral.


Durante el crecimiento de los huesos en longitud éstos poseen células cartilaginosas que van siendo sustituidas por células de tejido óseo. Al concluir esta etapa, es decir, al final de la adolescencia, el cartílago de crecimiento ya está totalmente osificado. Por su parte, el crecimiento en grosor tiene lugar mediante el depósito de capas concéntricas de hueso a partir del tejido conjuntivo o periostio.
Los tejidos de los huesos, así como las sales minerales que contienen, son renovados permanentemente a lo largo de toda la vida de los vertebrados. Este proceso se lleva a cabo por las células denominadas osteoclastos y osteoblastos; las primeras se encargan de reabsorber (destruir) el tejido óseo para facilitar después su reconstrucción, mientras que las segundas lo reconstruyen produciendo la sustancia intercelular de ese tejido. Durante este proceso, las sales de calcio también son reemplazadas, pero si la sangre no aporta este mineral a través de la dieta, entonces puede ser liberado desde el esqueleto favorecido por la vitamina D, y las hormonas endocrinas de la glándula paratiroides metabolizadoras del calcio y fósforo.
Articulaciones
Las articulaciones son zonas de unión entre dos huesos contiguos. Se pueden clasificar según el tejido del que están compuestas, el tipo de movimiento que pueden realizar y su funcionalidad, es decir, el grado de movimiento que pueden desarrollar.
Se distinguen tres tipos básicos:
· Articulaciones sinartrosisSon fijas, sin posibilidad de movimiento alguno en estado normal. Se forman encajando fuerte y perfectamente un hueso en otro, dando continuidad a las superficies óseas. Ejemplo de estas articulaciones son los que presentan los huesos del cráneo.
· Articulaciones anfiartrosis o cartilaginosasSon semimóviles, es decir, con movimientos muy limitados. Están formadas por un disco de fibrocartílago uniendo los huesos, ejemplo de las que existen entre las vértebras.
· Articulaciones diartrosis o sinovialesSon móviles, con una amplia variedad de movimientos. Se caracterizan por poseer una membrana intermedia llamada sinovial, que contiene la sinovia o líquido viscoso y transparente que las lubrica. Se trata de las articulaciones más complicadas, están constituidas por una cabeza articular que permite el encaje de un hueso en el hueco de otro; unos ligamentos internos o externos que permiten la sujeción entre ambos; y la cápsula articular, formada por tejido conjuntivo, y que contiene el ya citado líquido sinovial. El derrame de este líquido, por rotura de la membrana que lo encierra, es una lesión muy frecuente, como también la luxación por pérdida de contacto entre las dos superficies articulares.  Estas articulaciones son típicas en los extremos de los huesos largos, ejemplo de la unión del húmero con el omóplato o del fémur con el coxal.
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Sistema muscular
El sistema muscular está formado por un conjunto de órganos de fibras contráctiles encargados de la actividad locomotora. Anatómicamente pueden ser:
· Estriados o esqueléticosFormados por tejido muscular estriado, de acción voluntaria, encargados de de la vida de relación.
· LisosFormados por fibras lisas, de acción involuntaria, encargados de la vida vegetativa.
· Cardíaco
Se localiza exclusivamente en el corazón. Es un músculo involuntario, que a pesar de tener fibras musculares estriadas escapa al control de la voluntad. Su velocidad de contracción es moderada.
Características Esquelético Cardíaco Liso
Localización unido a los huesos corazón Paredes de las vísceras, vasos sanguíneos etc.
Control nervioso voluntario involuntario involuntario
Velocidad de contracción Rápida moderada lenta

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Sistema muscular
Los músculos representan el 50% del peso corporal, y son fundamentales en la regulación térmica y el metabolismo general. Su inserción en los huesos se realiza mediante tendones y membranas fibrosas llamadas aponeurosis. Cada músculo posee, generalmente, un punto en cada extremo que se inserta en los huesos; el que está fijo o relativamente fijo durante el movimiento se le llama origen, y el que se mueve inserción; la parte intermedia se denomina vientre. Por lo general, ambos extremos se fijan a huesos distintos abarcando articulaciones a las dan movimiento. En ocasiones un extremo, o ambos, no están fijos a huesos sino a la piel, ejemplo de los músculos de la cara.
El movimiento de un músculo se realiza siempre en el sentido de tiro, no en el de empuje, motivo por el que se precisan parejas de músculos para poder realizar el ambos movimientos. Así, se denominan agonistas aquellos músculos que trabajan en un sentido, y antagonistas los que actúan en el sentido contrario, ejemplo de los músculos flexores y extensores (que doblan y extienden), abductores y aductores (que separan y acercan un órgano al plano por el cual se supone dividido el cuerpo en dos mitades), elevadores y depresores (que elevan o bajan), esfínteres y dilatadores (que comprimen y dilatan), pronadores y supinadores (que hacen girar la mano de tal modo que la palma quede vuelta hacia abajo, quedando el cúbito y radio en posición cruzada o en paralelo).
Las contracciones y relajaciones de los músculos estriados requieren un ritmo para que se mantenga el tono muscular. Cuando se realiza un ejercicio físico sin permitir esa recuperación se produce lo que se llama fatiga muscular, que da lugar a una contracción cada vez más débil. Las fibras musculares almacenan glucógeno, el cual se transforma en moléculas de glucosa cuando se realiza una actividad normal. La metabolización del glucógeno, cuando falta oxígeno o es insuficiente, puede producir la fermentación láctica, generando ácido láctico como residuo; el exceso de este ácido da lugar a la formación de unos cristales que se clavan en las fibras musculares, produciendo lo que se conoce como agujetas.
Normas por prevenir los trastornos del aparato locomotor. La principal fuente de problemas del aparato locomotor es la columna vertebral. El motivo es que la cabeza pesa mucho y se apoya todo el día sobre la columna vertebral y que cuando levantamos peso, por ejemplo una maleta, quien finalmente lo está aguantando también es la columna vertebral. Para evitar el dolor de espaldas se debe procurar hacer las siguientes cosas:
· Sentarse bien y si se utiliza el computador tener la parte superior de la pantalla a la alzada de los ojos.
· Levantar bien los objetos pesados y procurar no llevar mucho peso de forma habitual.
· Dormir en un colchón muy consistente, es decir que no se deforme fácilmente.
· Realizar ejercicios suave de forma habitual, como por ejemplo ir andando o en bicicleta en lugar de coger un transporte público, subir y bajar escaleras en lugar de coger el ascensor, nadar, etc. Todo esto aumenta el tono muscular y favorece que la postura sea como la del alumno que en el dibujo está sentado delante. Todo ello puede evitar dolores en la actualidad y cuando la persona sea mayor.
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Aparatos genitales: masculino y femenino

Los aparatos genitales en ambos géneros humanos, aunque desarrollados a partir de un mismo tejido embrionario, no poseen las mismas funciones o estructura, ni tampoco ocupan el mismo alojamiento.
El aparato masculino produce espermatozoides y el femenino óvulos; cuando un óvulo queda fecundado se desarrolla un embrión que originará un nuevo ser.
Aparato genital masculino
El aparato genital masculino está formado por los testículos o gónadas masculinas, conductos deferentes, uretra y pene, junto con las glándulas y vesículas adyacentes. Los testículos están constituidos por dos glándulas sexuales de un tamaño entre 5 a 6 cm. y con forma ovoide.
Durante la etapa embrionaria, están localizados en el interior de la cavidad abdominal, descendiendo por el conducto inguinal hasta el escroto (bolsa externa que los aloja) justo antes del nacimiento; si no se produce este hecho antes del nacimiento se manifiesta la llamada criptorquidia, un defecto de posición de los testículos que permanecen ocultos en el abdomen, y que puede tener solución si se trata con gonadotropinas antes del tercer año de vida, y posteriormente mediante cirugía.
El motivo de situarse la bolsa del escroto en el exterior del cuerpo es mantener los testículos a una temperatura inferior a la existente en el interior, con objeto de que puedan producirse los espermatozoides, por ello la criptorquidia se considera un tipo de esterilidad masculina, ya que en el interior del abdomen los espermatozoides no pueden producirse.
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Los testículos producen espermatozoides de forma continua, en un proceso denominado espermatogénesis, éste comienza en la pubertad (alrededor de los 12 ó 13 años) y finaliza con el climaterio masculino, alrededor de los 70 años. Cada uno de los testículos, que contiene numerosos túbulos seminíferos, dispone de un órgano alargado y contorneado sobre sí mismo llamado epidídimo, que continúa con el asa epididimodeferencial y ésta con el conducto deferente o espermiducto, el cual penetra en el interior del cuerpo por el cordón espermático. Tras rodear la vejiga, se unen ambos conductos en uno solo, la uretra, que finaliza en el extremo del glande del pene.
La uretra constituye un conducto común al aparato genital y urinario, por el que se desplazan tanto los espermatozoides (durante la eyaculación), como la orina (durante la micción), aunque nunca ambos a la vez. Alrededor se encuentran la próstata y las glándulas de Cowper, que segregan líquidos cargados de enzimas y nutrientes a los espermatozoides, formando parte del semen.
En el epidídimo se almacenan y maduran los espermatozoides, inmóviles por la falta de oxígeno y las sustancias ácidas en que se encuentran; sólo se moverán hacia el exterior durante la eyaculación, mediante contracciones de la musculatura lisa del conducto epididimario.
El glande o extremo del pene está rodeado por el prepucio, un pliegue cutáneo que puede ser retirado hacia atrás. Cuando la abertura del prepucio es muy estrecha y no permite que asome el glande durante la erección, puede resultar en relaciones sexuales dolorosas o incómodas; a esa manifestación se le conoce como fimosis. La fimosis puede resolverse fácilmente con cirugía, mediante una circuncisión; en ocasiones se practica su extirpación completa o parcial, la cual puede ser por motivos terapéuticos o religiosos.
Para facilitar la cópula el pene se pone en erección en el momento de la excitación sexual. Este fenómeno es posible gracias al tejido eréctil del que se constituye el pene, unos cuerpos cavernosos y esponjosos cuyas cavidades se llenan de sangre para mantenerlo erecto y firme, y así poder introducirlo en el interior de la vagina de la mujer; el reflejo está controlado por el sistema nervioso parasimpático, cuyo centro se sitúa en la zona sacra de la médula espinal.
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El tejido eréctil del pene está formado por cuerpos cavernosos y esponjosos cuyas cavidades se llenan de sangre para mantenerlo erecto y firme facilitando así la cópula
Durante el clímax sexual se produce la eyaculación, manifestándose en las paredes de la uretra unas contracciones rítmicas que impulsan el semen hacia el exterior; y cuyo reflejo está controlado por el sistema nervioso simpático, que se localiza en la zona lumbar de la médula espinal. En el semen eyaculado (unos pocos centímetros cúbicos) se encuentran entre 200 y 300 millones de espermatozoides, además de las secreciones procedentes de la próstata, las glándulas de Cowper y las vesículas seminales. Si los espermatozoides no eyaculados permanecen almacenados en los espermiductos, son fagocitados finalmente por los leucocitos al cabo de un tiempo.
Tabla Estructura y función del sistema reproductor masculino
Órgano Función
Testículos contenidos en el escroto Producción de espermatozoides o células sexuales masculinas
Producción de la hormona testosterona que determina los caracteres masculinos.
El escroto mantiene la temperatura adecuada para los espermatozoides (unos tres grados por debajo de la temperatura del cuerpo)
El parénquima testicular está formado por lóbulos donde se encuentran los túbulos seminíferos lugar donde se forman los espermatozoides.
Epidídimo Almacenamiento y maduración de los espermatozoides y conducción de los espermatozoides hacia los conductos deferentes
Conductos eferentes Transportar los espermatozoides desde los tubos semíniferos hasta el epidídimo
Conductos deferentes Almacenamiento de los espermatozoides
Vesículas seminales Producción de líquido viscoso denominado semen, que se mezcla con los espermatozoides y sirve para transpórtalos.
Próstata Secreción de líquido lechoso que da olor característico al semen
Glándulas de Cowper Secreción de líquido que mantiene lubricada la uretra y el pene
Pene Órgano copulador

Aparato genital femenino
El aparato genital femenino está constituido por los ovarios, trompas, útero, vagina y genitales externos. Los ovarios están constituidos por dos órganos situados en la región abdominal, próximo a la pelvis, sujetados a la parte posterior del ligamento ancho del útero mediante un pliegue del peritoneo llamado mesovario. En los ovarios se producen los óvulos o células sexuales femeninas.
Durante el momento de la ovulación, la captura del óvulo es posible gracias a la parte final del conducto llamado trompa de Falopio, que tiene forma de embudo. El movimiento del óvulo en el interior de la trompa hasta alcanzar el útero, se realiza por efecto de los cilios que recubren su epitelio, junto con los movimientos peristálticos de la musculatura lisa de las paredes.
El útero, con forma de pera, se sitúa entre la vejiga urinaria y el recto; se distinguen las partes: fondo, cuerpo y cuello o cérvix. La pared del útero dispone de una musculatura lisa llamada miometrio, con capacidad para aumentar muchas veces de tamaño durante el embarazo, y que permiten la expulsión del feto durante el parto cuando se producen sus contracciones rítmicas.
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El útero externo es el parametrio, constituido por tejido conjuntivo, y recubierto en parte por el peritoneo. El útero interno es el endometrio, constituido por un epitelio mucoso provisto de múltiples glándulas.
Al útero le sigue la vagina, cuyo conducto se cierra en su extremo inferior por el himen, un repliegue cutáneo membranoso de forma y espesor variable, y que reduce en parte el propio orificio externo de la vagina. Cuando se realiza la primera cópula esta membrana se desgarra, produciéndose lo que se conoce como desfloración o pérdida de la virginidad. La vagina segrega sustancias con cierta función bactericida; en ella también se localizan unas glándulas llamadas de Bartholin, equivalente a las de Cowper masculinas, cuya misión es lubricar el conducto vaginal para facilitar la cópula.
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Anatomía genital externa de la mujer
Los órganos sexuales externos, conocidos como vulva, rodean el orificio de la vagina. Están constituidos por dos repliegues cutáneos rellenos de tejido adiposo o labios mayores, dos labios menores que acogen numerosas terminaciones nerviosas, y los cuerpos cavernosos. En el interior de estos órganos se localiza el clítoris, un órgano muy sensible y eréctil.
En el vestíbulo vaginal, inmediatamente delante de la vagina, se sitúa la uretra, un conducto independiente que conduce la orina procedente de la vejiga.
Tabla Estructura y función del sistema reproductor femenino de mamíferos
Órgano Función
Dos ovarios Formación del los óvulos o células sexuales femeninas
Producción de estrógenos hormonas que dan los caracteres sexuales femeninos
Dos trompas de Falopio Estos conductos comunican con el útero a donde transportan los óvulos. En el primer tercio de las trompas ocurre la fecundación
Útero Recibir el óvulo fecundado, albergar y alimentar el embrión.
En el caso de no haber fecundación su mucosa interna llamada endometrio se desprende produciendo la menstruación.
Durante el parto se contrae para expulsar el feto.

Cuello uterino
Comunica la vagina con el útero

Vagina
Recibir el líquido seminal con los espermatozoides.
Expulsa el feto durante el parto
Órganos genitales externos:
Vulva constituida por los labios mayores y menores
Clítoris órgano de excitación


miércoles, 11 de julio de 2012

Sistema linfático

El sistema linfático es, en los vertebrados, la red de conductos que contienen la linfa, un líquido que corre por los vasos llamados linfáticos y que sirve de intermediario en los cambios nutritivos entre la sangre y los tejidos. Este líquido es coagulable, casi incoloro, débilmente alcalino, y a él se le añaden linfocitos, sales, proteínas, urea y fibrógeno.

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Sistema linfático

Constitución

El sistema linfático está constituido por los vasos y los ganglios linfáticos. Consiste en una red de tubos ciegos (terminales), los capilares linfáticos, extremadamente finos, que penetran en muchos tejidos excepto en el nervioso, y que se hallan próximos a los lechos o redes capilares sanguíneos. Los capilares linfáticos continúan y se va reuniendo en conductos cada vez mayores, los vasos linfáticos, que son similares a las venas por poseer tejido conjuntivo y válvulas en sus paredes, para finalmente desembocar en el sistema venoso.

Funciones

La principal función del sistema linfático es devolver a la corriente sanguínea el fluido tisular (fundamentalmente sustancias proteicas) que rodea a las células, y que por su naturaleza es incapaz de penetrar por sí mismo en las redes de venas capilares para su ingreso en el sistema circulatorio. De esta forma, la linfa puede ser evacuada desde los tejidos y vertida en la sangre.

En las vellosidades del intestino delgado también existen capilares linfáticos, encargados de recoger las moléculas de grasa absorbidas, son los llamados vasos quilíferos. En el circuito de los vasos linfáticos existen ocasionalmente una serie de ganglios linfáticos, consistentes en pequeños nódulos en los que confluyen varios vasos aferentes, y del que sale sólo un vaso eferente. Estos nódulos, además de filtrar las bacterias de la linfa, destruyéndolas, producen sustancias con capacidad inmunitaria (linfocitos o glóbulos blancos).

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Los ganglios linfáticos son unos nódulos con capacidades de filtrado de bacterias, y de producción de sustancias inmunitarias

Motor del sistema

El sistema linfático no posee un órgano impulsor como tal, como sucede con el corazón en el caso del  sistema circulatorio, pero los vasos linfáticos se encuentran siempre situados entre el tejido muscular, por ello, cuando se contraen los músculos (por ejemplo al mover los brazos o piernas), la linfa es impulsada a través de la red linfática, evitándose que retroceda gracias a la existencia de las válvulas. Finalmente, la linfa es vaciada en la corriente sanguínea venosa a nivel de la vena subclavia izquierda.

Aparato excretor

El aparato excretor es el conjunto de órganos (riñones y vías excretoras) encargados de extraer o realizar la excreción de los productos finales del catabolismo celular, es decir, de los productos residuales existentes en la sangre, liberándolos al exterior por medio de la orina y a través de las vías excretoras o urinarias (uréteres, vejiga y uretra). Éstos constituyen en los humanos el aparato excretor fundamental, pero también existen órganos excretores independientes, como son las glándulas sudoríparas. Además de las funciones citadas, el aparato excretor ejerce una regulación del medio interno, manteniendo un equilibrio de las sustancias que se encuentran disueltas en la sangre, controlando el pH, la presión osmótica y el balance hídrico.

Los riñones

Los riñones son los órganos del aparato excretor situados en la región lumbar, a cada lado de la columna vertebral. Miden cada uno alrededor de 12 cm. de longitud y pesan unos 150 gramos. Su función es regular el volumen y composición de los líquidos orgánicos mediante la formación de orina.

El riñón es un órgano con forma de habichuela, cóncavo en su zona interna y convexa en la externa, por donde entran y salen los elementos vasculares y linfáticos, y la pelvis renal que tiene su continuación con el uréter; el polo superior de los riñones está cubierto por las cápsulas suprarrenales, de función endocrina).

En el riñón se distinguen dos zonas: la medular y la cortical. El riñón tiene una unidad funcional conocida como nefrón o nefrona, constituida por un corpúsculo renal y un tubo que a su vez se divide en proximal, asa de Henle y distal; en cada riñón hay alrededor de un millón de nefronas. Esta zona está muy vascularizada, ya que cada nefrona se encuentra rodeada por los capilares que proceden de la arteria renal.

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Cuando la sangre ha sido filtrada, ésta es recogida por la red capilar venosa que rodea el asa de Henle, para agruparse todos los capilares en la vena renal que parte de cada riñón. La zona medular o interna del riñón la ocupa la parte final de los túbulos uriníferos; todos ellos constituyen una unidad denominada pirámide de Malpigio. Cada una de las pirámides de Malpigio desemboca en los uréteres previa apertura en los cálices renales.

Proceso de filtrado

Todos los componentes de la sangre, excepto los elementos celulares y las proteínas (que son de mayor tamaño y elevado peso molecular), se filtran en los glomérulos de las nefronas, El proceso y las fuerzas que intervienen y determinan la filtración glomerular, son las mismas que regulan el paso del plasma desde los capilares hacia los espacios tisulares. En este primer paso se forma la llamada orina glomerular, en la cual existen muchas sustancias que contiene (agua, glucosa, iones...) regresan y son recuperados de nuevo por el riego sanguíneo a través del túbulo contorneado distal. En un segundo paso, en el túbulo renal, se forma la orina tubular, donde se reabsorben algunas sustancias (agua, glucosa y algunos iones) y se rechazan otras (residuos nitrogenados que proceden del metabolismo de las proteínas). La orina tubular es la que sale a los tubos colectores y los cálices renales. En este punto todavía se produce el paso de ciertas sustancias de la sangre a la orina, concretamente a nivel de los tubos.

El proceso de filtrado no se realiza de igual forma con todas las sustancias. Algunas de ellas sólo pasan a la orina cuando alcanzan una elevada concentración en la sangre, ejemplo de la sal, el agua o la vitamina C; otras pasan en cualquier condición, siendo retenidas siempre por los riñones, ejemplo de la urea, el ácido úrico o los pigmentos urinarios; finalmente, hay sustancias que regresan siempre a la sangre en su totalidad, ejemplo de la glucosa, ácidos grasos, hormonas, glicerina y determinadas vitaminas.

Las vías excretoras

Las vías excretoras de la orina están compuestas por los uréteres, vejiga y uretra.

Los uréteres son los conductos por donde sale la orina de los riñones. Miden unos 25 cm de longitud y unos 3 ó 4 mm de diámetro. Los uréteres desembocan en la vejiga de la orina, donde ésta queda almacenada hasta que es expulsada durante el acto de la micción.

La vejiga es un saco membranoso en el cual va depositándose la orina que es segregada por los riñones. En los humanos tiene una capacidad de 175 a 250 cm3. En el hombre se sitúa delante del recto y detrás de la sínfisis del pubis, y en la mujer delante del útero. La expulsión de la orina que contiene la vejiga se realiza a través de la uretra.

La uretra es un conducto membranoso de las vías urinarias que se extiende desde la vejiga hasta el exterior. En el varón va desde la vejiga urinaria hasta el extremo del pene. Se divide en tres porciones: uretra prostática, que atraviesa esta glándula; uretra membranosa, y uretra esponjosa, que sigue el curso del canal de los cuerpos cavernosos del pene, estando rodeada por los mismos. En la mujer es más corta. La uretra sirve en el varón también como conducto para la excreción del semen.

La sangre

La sangre es un líquido coagulable que transporta en suspensión células de diferentes formas y funciones, tales como hematíes, leucocitos y plaquetas. Circula por un sistema de vasos por todo el cuerpo, y sirve como intermediario entre el medio exterior y los diferentes tejidos, órganos o elementos anatómicos.

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Según el circuito que utiliza, se conoce como sangre arterial o roja, la que se distribuye mediante las arterias por todo el organismo una vez oxigenada en los pulmones; y la sangre venosa o negra, la impurificada que regresa por las venas desde los órganos hasta el corazón, y desde éste a los pulmones portando las sustancias de desecho de las células.

Funciones

Las funciones de la sangre son varias y muy importantes: aporta a los tejidos el oxígeno y sustancias necesarias para las actividades celulares del metabolismo, y toma a su vez el dióxido de carbono de los mismos. Es un vehículo de eliminación de los productos de excreción del trabajo celular. Transporta las vitaminas, las hormonas elaboradas por las glándulas de secreción interna, y distribuye las enzimas, que desempeñan un importante papel en diversos procesos nutritivos.

La sangre interviene en los procesos de defensa del organismo, aportando leucocitos (glóbulos blancos) a las zonas infectadas. Ocasionalmente, la sangre también actúa como vehículo diseminador de la infección, al invadir el torrente sanguíneo determinados agentes infecciosos, ejemplo de la septicemia (invasión por gérmenes o productos tóxicos), bacteriemia (invasión por bacterias) y viremia (invasión por virus). La sangre también interviene en los mecanismos termorreguladores, y en la regulación del medio interno gracias al equilibrio ácido-base. Finalmente, una función muy importante de la sangre es su capacidad de coagulación, que permite la inhibición de los procesos hemorrágicos; la deficiencia en esta función es una enfermedad hereditaria transmitida por la mujer pero desarrollada exclusivamente por los varones, denominada hemofilia, y que puede producir hemorragias severas ante simples heridas o pequeños traumatismos, precisamente por la incapacidad de coagulación de la sangre ante la ausencia de plaquetas.

Las alteraciones principales de los elementos de la sangre son: la anemia, caracterizada por una merma o alteración de los hematíes circulantes en la sangre; y la leucemia, que es una neoplasia de los glóbulos blancos, o proliferación tumoral del tejido productor de elementos formes de la sangre.

Características y constitución

La sangre es un líquido viscoso, de color rojo y sabor salado; es ligeramente alcalino (su pH es 7,36). En los vertebrados debe su color a la hemoglobina, una proteína intensamente roja cuando está oxigenada, como la que circula por las arterias, y algo más oscura cuando ya no transporta oxígeno, como la que circula por las venas. El volumen total es de unos 5 litros aproximadamente, por lo que constituye una importante fracción del medio interno en una persona adulta.

El color rojo de la sangre se debe a una proteína llamada hemoglobina, que se torna intensamente roja cuando está oxigenada

La sangre consta de una fracción líquida, el plasma, y una fracción celular: los glóbulos rojos (eritrocitos o hematíes), glóbulos blancos (leucocitos) y plaquetas (trombocitos).

Plasma

El plasma es la parte líquida de la sangre y ciertos tejidos, que contiene sustancias nutritivas y reconstituyentes. Está formado mayoritariamente por agua en un 90%; el 10% restante contiene gases respiratorios (oxígeno -O2-, dióxido de carbono -CO2-), sustancias reguladoras (proteínas, hormonas, enzimas, sales minerales), sustancias defensivas o protectoras del organismo (anticuerpos), productos de desecho del metabolismo (urea, ácido úrico, ácido láctico), y sustancias alimenticias (aminoácidos, glúcidos, lípidos, vitaminas).

El plasma sanguíneo contiene además fibrinógeno, una proteína que permite la coagulación de la sangre y la formación de otras proteínas, como la globulina y albúmina. Cuando se produce la coagulación, el fibrinógeno se transforma en una red de fibrina, y el medio líquido que queda es lo que se conoce como suero, una sustancia de color amarillo verdoso que posee los mismos componentes que el plasma, pero sin el fibrinógeno, ya que éste se ha transformado en fibrina y forma parte del coágulo.

Características y constitución

Glóbulos rojos

Los glóbulos rojos, eritrocitos o hematíes, tienen forma discoide, bicóncavo, y miden unas 9 micras de diámetro. Contienen la hemoglobina, responsable del color rojo de la sangre y del transporte de oxígeno desde los pulmones hasta las células. El número normal de hematíes oscila en el hombre entre los 4,8 y 5,8 millones por cada milímetro cúbico, y entre 4,2 y 5,1 en la mujer.

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Los glóbulos rojos contienen la hemoglobina, responsable del color rojo de la sangre y de transportar el oxígeno a las células

Los hematíes son células que carecen de núcleo (sólo en la mayoría de los mamíferos) y por tanto no se pueden reproducir. Su formación se realiza en la médula ósea (eritropoyesis) según el organismo los va necesitando, a partir de células nucleadas, los hemocitoblastos; cuanto más oxígeno se requiera mayor será la producción. Así, en las zonas de gran altura sobre el nivel del mar, donde disminuye el oxígeno atmosférico, la producción de hematíes aumenta para cubrir la deficiencia de oxigenación que se produciría en la sangre; las poblaciones que se sitúan en esos niveles suelen manifestar cifras superiores a los 6 millones de hematíes por milímetro cúbico. El mecanismo que regula la formación de los hematíes es complejo y necesita la presencia de varios factores, tales como la existencia de iones, cobre, y vitamina B12 (que depende del factor de absorción del intestino).

El ciclo vital de los hematíes dura entre 100 y 120 días, siendo después destruidos (eritrolisis) por las células del sistema reticuloendotelial (SRE), especialmente en el bazo, pero también en el hígado y médula. En su desintegración, la hemoglobina que contiene se descompone en hemosiderina, un pigmento amarillo rojizo que contiene hierro trivalente, y utilizada para la formación de nueva hemoglobina, así como bilirrubina, que es excretada por la bilis.

Los hematíes aportan oxígeno a los tejidos para que puedan desarrollarse las reacciones metabólicas y, al mismo tiempo, recogen el dióxido de carbono que se ha generado en estas reacciones y lo retornan a través del sistema venoso hasta los pulmones, donde lo liberan, para posteriormente oxigenarse de nuevo y comenzar otro ciclo.

Glóbulos blancos

Los glóbulos blancos o leucocitos son cada una de las células nucleadas (con núcleo y estructura citoplásmica), globulares, incoloras, y de movimientos amiboides, que se encuentran en gran número en la sangre, la linfa y el tejido conjuntivo, y que poseen funciones generalmente fagocitarias, es decir, destruyen los cuerpos extraños que penetran en el organismo. Son células de mayor tamaño que los glóbulos rojos, pero menos numerosas, se estima su número entre los 5.000 y 10.000 por milímetro cúbico, aunque suelen aumentar durante las infecciones bacterianas.

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Célula de glóbulo blanco o leucocito

Los glóbulos blancos se clasifican en cinco tipos distintos repartidos en dos series: la granulocítica (neutrófilos, basófilos y eosinófilos), y la agranulocítica (linfocitos y monocitos); éstos últimos son de mayor tamaño que los de la serie anterior. Los granulocitos y monocitos tienen funciones fagocíticas ante la entrada de microorganismos en el cuerpo; los linfocitos tienen que ver con la funciones inmunitarias, y son los responsables de la formación de anticuerpos y de la estimulación de otras células que también están relacionadas con la inmunidad. En general, unos y otros tienen algún tipo de influencia en la defensa del organismo y el sistema inmunitario.

Determinados leucocitos se originan en el timo, éste es un órgano de los vertebrados, situado generalmente en la región faríngea o cervical, formado embriológicamente de las bolsas o hendiduras branquiales. En los mamíferos se halla en el pecho (en el mediastino); alcanza su máximo desarrollo durante los primeros años de vida y luego se atrofia hasta quedar reducido a un vestigio adiposo. Interviene en los mecanismos inmunológicos de defensa del organismo, participando en la maduración de un tipo de linfocitos, por ello se denominan linfocitos T (o células T). Los hay de varias clases, y concretamente sobre una de ellas, los T4, recae la acción patógena del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), para desarrollar el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (el conocido como SIDA).

Plaquetas

Las plaquetas o trombocitos, son cada uno de los pequeños fragmentos existentes en la sangre de los mamíferos, que corresponden a células de gran tamaño de la médula roja de los huesos, los megacariocitos. Tienen un tamaño de entre 2 y 3 micas, y sobreviven un máximo de 10 días antes de ser destruidas por el sistema reticuloendotelial. En condiciones normales, se encuentran en la sangre en un número de entre 150.000 y 350.000 por milímetro cúbico.

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Las plaquetas o trombocitos intervienen en la coagulación sanguínea, y es de gran importancia en la taponación de los vasos sanguíneos cuando se producen roturas o heridas

Las plaquetas o trombocitos intervienen en la coagulación sanguínea. Es de gran importancia para taponar los vasos sanguíneos cuando se produce su rotura, sea por una herida o traumatismo, formando un coágulo e impidiendo la pérdida masiva de la sangre. Este proceso está inhibido en la sangre circulante gracias a la presencia en el plasma de antitrombinas, como la heparina, que inactivan una enzima denominada trombina, la cual interviene en la coagulación de la sangre transformando el fibrinógeno que contienen en fibrina. Sin las antitrombinas la sangre podría coagularse en el interior de los vasos y provocar la muerte.

Grupos sanguíneos

Los grupos sanguíneos son cada una de las cuatro divisiones (AB, B, A y 0) en las que se clasifica la sangre humana, de acuerdo con su contenido en dos antígenos (aglutinógenos) A y B. Los antígenos son sustancias de elevado peso molecular que se encuentran en la superficie de los eritrocitos y los anticuerpos (aglutininas anti-A y anti-B) existentes en el plasma. Son capaces de estimular la formación de anticuerpos y reaccionar específicamente con ellos; se utilizan como fundamento en la vacunoterapia y la sueroterapia.

Los antígenos A y B están directamente relaciones con factores hereditarios.. Estos factores son dominantes, pero existe un tercero que indica la carencia de los dos. Así, se pueden dar cuatro casos en los diferentes individuos:

1. Que posea eritrocitos con antígenos A y B, y plasma sin anticuerpos. Esta persona será del grupo AB.

2. Que posea eritrocitos con antígeno A, y plasma con anticuerpos anti-B. En este caso los anticuerpos anti-B aglutinarían los eritrocitos del grupo B. Esta persona será por tanto del grupo A.

3. Que posea eritrocitos con antígeno B, y plasma con anticuerpos anti-A. En este caso los anticuerpos anti-A aglutinarían los eritrocitos del grupo A. Esta persona será por tanto del grupo B.

4. Que posea eritrocitos sin ningún antígeno, y plasma con anticuerpos de ambos tipos (anti-A y anti-B), Esta persona será por tanto del grupo 0.

La clasificación de un individuo según su grupo sanguíneo tiene una significativa utilidad. Al tener la herencia un papel determinante, es de gran ayuda para determinar las paternidades dudosas. En las intervenciones que se requieran transfusiones de sangre resulta fundamental, puesto que el plasma de una persona receptora debe pertenecer a un grupo que no aglutine los eritrocitos del donante, es decir, para que exista compatibilidad sólo puede recibir antígenos A o B que ya contenga su sangre, en otro caso serían rechazados por su organismo. Así, un individuo de grupo AB puede recibir de todos los demás (es un receptor universal), pero sólo puede dar a los de su mismo grupo; en cambio, los individuos del grupo 0 pueden dar sangre a cualquier persona (es un donante universal), pero sólo pueden recibir la de su grupo. Por su parte, los individuos de los grupos A o B pueden recibir los de su mismo grupo y también del 0, y dar a los de su mismo grupo y también a los AB.

Otro sistema de grupos sanguíneos es el llamado factor Rh, o factor rhesus. Se trata de un antígeno descubierto en 1940 que se halla en los glóbulos rojos (eritrocitos) del 85% de los humanos. Los que lo poseen pertenecen al grupo Rh+ y los que no al grupo Rh-. La sangre Rh- puede ser transfundida sin ningún inconveniente a las personas del grupo Rh+, pero el proceso inverso de un grupo Rh+ a otro grupo Rh- sólo puede realizarse una vez, ya que la segunda vez la persona del grupo Rh- se sensibiliza frente a los eritrocitos Rh+, fabricando anticuerpos anti-Rh y destruyéndolos.

El factor Rh es pues un carácter hereditario dominante. Un ejemplo de ello sucede cuando una mujer embarazada que pertenece al grupo Rh- tenga en su seno un hijo cuyo padre sea Rh+ (el hijo también será Rh+ por la dominancia del padre); en este caso la sangre de la madre produce anticuerpos anti-Rh, que podrían destruir los eritrocitos del feto y conducirlo a la muerte si no fueran sustituidos, ya que el sistema eritropoyético del feto, o del recién nacido, es inmaduro e incapaz de responder a una destrucción masiva de hematíes. No suele ser peligroso el primer embarazo, pero sí el segundo. Para evitar la muerte del feto o del recién nacido se procede a la llamada exsanguinotransfusión, que consiste en transfundir sangre, generalmente a través de la vena umbilical si está recién nacido. Se utiliza sangre concentrada en dosis fraccionadas, al mismo tiempo que se va extrayendo la sangre nociva para el feto. Es la medida más eficaz en casos de incompatibilidad sanguínea entre el recién nacido y la madre con distintos grupos Rh.