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viernes, 1 de junio de 2012

Reptiles

Los anfibios, con sus patas bien desarrolladas, sus sistemas sensoriales y respiratorios rediseñados, y las modificaciones del esqueleto, han realizado una notable conquista de la tierra. Pero sus huevos sin cáscara y sus larvas con branquias obligan a un desarrollo acuático. El linaje que comprende los reptiles, las aves y los mamíferos produjo un huevo que puede mantenerse en tierra. Este huevo con cáscara, más que cualquier otra adaptación, independizó a los primeros reptiles del ambiente acuático al liberar el proceso del desarrollo de sus etapas en el agua o en ambientes extremadamente húmedos. En realidad, estas etapas no se eliminaron, sino que quedaron relegadas al interior de una serie de membranas extraembrionarias que proporcionan un soporte perfecto para el desarrollo. El amnios, encierra una cavidad llena de líquido amniótico en el que flota el embrión. El alantoides sirve como superficie respiratoria y como vertedero de residuos nitrogenados. Rodeando a éstas dos hay una tercera membrana, el corión, a través de la cual circula libremente el oxígeno y el dióxido de carbono. Por último, y alrededor de todo el conjunto, hay una cáscara protectora, coriácea y porosa. Estos anexos embrionarios son el denominador común de un grupo denominado Amniotas, en el que encontramos los reptiles, las aves y los mamíferos.
Características de los reptiles que los distinguen de los anfibios
1. Los reptiles tienen una piel dura, seca y escamosa que les da protección contra la desecación y daños físicos. La piel consta de una delgada epidermis, que se muda periódicamente, y de una dermis bien desarrollada y gruesa. La dermis tiene cromatóforos. Las escamas están formadas principalmente por queratina, y derivan fundamentalmente de la epidermis, por lo que no son equivalentes ni a las de las cecilias que son de origen mesodérmico, ni a la de los peces que son estructuras óseas y dérmicas. En algunos reptiles, como los caimanes, las escamas permanecen a lo largo de toda la vida, creciendo gradualmente para suplir el desgaste. Mientras que en las serpientes y lagartos crecen nuevas escamas bajo las antiguas, que entonces se mudan. Las tortugas añaden nuevas capas de queratina bajo las viejas capas de los escudos aplanados (escamas modificadas).
2. El huevo con cáscara (amniótico) de los reptiles contiene alimento y membranas protectoras que permiten el desarrollo embrionario en tierra seca. Los jóvenes nacen como individuos pulmonados.
3. Las mandíbulas de los reptiles están diseñadas para aplicar una fuerza de trituración sobre sus presas.
4. Los reptiles tienen algún tipo de órgano copulador que permite la fecundación interna, que es un requisito obvio para un huevo con cáscara, ya que el esperma debe alcanzar al óvulo antes de que éste sea protegido. Las paredes glandulares del oviducto segregan la albúmina (fuentes de aminoácidos, minerales y agua para el embrión) y la cáscara.
5. El corazón de la mayoría de los reptiles está compuesto por dos aurículas (derecha e izquierda) y un solo ventrículo. Pero en los cocodrilos existen dos ventrículos completamente separados, por lo que éstos son los primeros vertebrados con un corazón con cuatro cámaras. En el resto de los reptiles, el patrón de flujo sanguíneo dentro del corazón evita la mezcla de sangre oxigenada con sangre desoxigenada.
6. Los pulmones de los reptiles están mejor desarrollados que los de los anfibios. Los reptiles dependen casi exclusivamente de los pulmones para realizar el intercambio gaseoso. En varias tortugas marinas interviene también la membrana faríngea. A diferencia de los anfibios, que fuerzan la entrada de aire en los pulmones con los músculos de la boca, en los reptiles el aire es absorbido dentro de los pulmones por ensanchamiento de la cavidad pleural, que se produce por expansión de la caja torácica (lagartos y serpientes) o por movimiento de los órganos internos (tortugas y cocodrilos). La respiración cutánea ha sido completamente desechada en los reptiles.
7. Han desarrollado varias estrategias para evitar la pérdida de agua.
8. Todos los reptiles, excepto las formas ápodas, tienen su soporte corporal mejor desarrollado que los anfibios, y unas extremidades más eficazmente diseñadas para el desplazamiento sobre tierra.
9. Su sistema nervioso es más avanzado que el de los anfibios, presentando los cocodrilos desarrollo de la primera corteza cerebral.
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Clasificación
Filo: Cordados
Subfilo: Vertebrados
Superclase: Gnatostomados
Clase: Reptiles
Orden: Testudines (ex Quelonios).- Con cuerpo encerrado en una caja ósea formada por una caparazón dorsal (espaldar) y uno ventral (plastrón), costillas y vértebras fusionadas al caparazón, mandíbulas con picos córneos, sin dientes, cuello generalmente retráctil. Ejemplo: tortugas.
Orden Rhynchocephalia (Sphenodon punctatus “tatuara” fósil viviente)
Orden Squamata
Suborden Sauria (lagartos y lagartijas)
Suborden Ofidia (serpientes)
Suborden Amphisbaenia (víboras ciegas)
Orden: Crocodilia (caimanes y cocodrilos)
Orden: Testudines
Están cubiertas por una coraza que consta de un espaldar y un plastrón. La coraza es parte tan propia del animal que en ella quedan incluidas las vértebras y las costillas. Está compuesta por dos capas: una externa de queratina, y otra interna de hueso. Nuevas capas de queratina se van depositando sobre las viejas a medida que la tortuga crece.
Las mandíbulas de las tortugas carecen de dientes y están provistas de picos córneos para agarrar y masticar el alimento. Algunas se alimentan de material vegetal y otras son carnívoras.
Una consecuencia de vivir dentro de una cubierta rígida es que las tortugas no pueden expandir su pecho para respirar. Muchas tortugas acuáticas obtienen suficiente oxígeno simplemente bombeando agua en la cavidad bucal, lo que les permite permanecer sumergidas durante prolongados períodos si se mantienen inmóviles.
Su percepción del sonido es deficiente, pero compensando esto las tortugas poseen un buen sentido del olfato y una visión aguda con una percepción de los colores tan buena como la de los seres humanos.
En cuanto a la reproducción, son ovíparas con fecundación interna, las formas marinas entierran los huevos en la tierra. Una característica curiosa de la reproducción de las tortugas es que en algunas especies, como en todos los cocodrilos y algunos lagartos, la temperatura del nido determina el sexo de la cría. En las tortugas, las bajas temperaturas durante la incubación producen machos, mientras que las temperaturas altas producen hembras. Todos estos reptiles dependientes de la temperatura carecen de cromosomas sexuales.
Orden: Squamata
Suborden: ofidia (serpientes)
Las serpientes tienen el cuerpo cubierto de escamas, compuestas de un material epidérmico córneo, dispuestas en hileras regulares y por lo general, solapadas como las tejas de un techo. Cambian la piel y la cubierta exterior de las escamas córneas de forma periódica, por lo general, en una sola pieza, incluyendo la cubierta dura y transparente de los ojos, o anteojos, que les protege la visión, puesto que las serpientes carecen de párpados móviles y los ojos permanecen constantemente abiertos.
La frecuencia de la muda varía de una especie a otra, incluso en el seno de una misma especie, en función de la edad y el tamaño del individuo. Las serpientes jóvenes, de crecimiento rápido, cambian la piel con más frecuencia que los adultos, de crecimiento lento. En algunas especies la muda se produce aproximadamente cada 20 días, en otras sólo una vez al año.
Las serpientes son totalmente ápodas y carecen de cinturas pectoral y pelviana (esta última puede persistir como un vestigio en las pitones y boas).
Carecen de oído medio, lo cual sumado a la ausencia de una respuesta notoria a los sonidos, ha llevado a la opinión de que las serpientes son totalmente sordas. Pero las serpientes tienen oído interno, y estudios recientes han demostrado que dentro de un margen limitado de bajas frecuencias la audición de las serpientes puede compararse con la de la mayor parte de los lagartos. Por otra parte, las serpientes son bastantes sensibles a las vibraciones transmitidas por el suelo.
Sin embargo, para la mayor parte de las serpientes son los sentidos químicos los utilizados para cazar a su presa. Además de las áreas olfativas normales en la nariz (no muy bien desarrolladas), están los órganos de Jacobson, que son un par de fosetas en el techo de la boca, que están tapizadas con un epitelio olfativo. La lengua bífida recoge las partículas odoríferas y las mete en la boca, y luego de pasar por los órganos de Jacobson, la información es transmitida al encéfalo donde los olores son identificados e interpretados.
Las serpientes de la subfamilia de los Crotalinos (dentro de la cual se encuentra Crotalus durissus terrificus o “víbora de cascabel”), son llamadas víboras de foseta, debido a las fosetas termosensibles (foseta loreal) que presentan en su cabeza, entre las narinas y los ojos. Estas fosetas responden a la energía radiante de las ondas de infrarrojo y son especialmente sensitivas al calor emitido por los cuerpos calientes de los mamíferos y las aves, de esta forma pueden seguir a la presa y dirigir los ataques con gran exactitud tanto de día como de noche. Las boas constrictoras y los pitones, que no pertenecen a esta subfamilia, también tienen receptores térmicos.
La mandíbula inferior está formada por dos ramas unidas por un ligamento extensible y articula con el cráneo por medio del hueso cuadrado, lo cual le permite abrir desmesuradamente la boca y tragar grandes presas, al permitirles mover además de la mandíbula inferior, la superior y el cráneo (se dice que tienen cráneo cinético). Como no tienen esternón, las costillas pueden separarse lateralmente, permitiendo la ampliación de las cavidades viscerales al ingerir grandes presas.
En la cavidad bucal se encuentran dientes cónicos y curvos, dispuestos sobre las mandíbulas y los huesos palatinos. Estos dientes pueden ser todos iguales y macizos, por lo que no inoculan veneno, llamándose dentición aglifa (como en algunas culebras), o presentar dientes especializados para inocular ponzoña. Los dientes especializados pueden ser acanalados o tubulosos.
En el caso de ser acanalados pueden estar situados en la parte posterior del maxilar superior, por lo que se denominan opistoglifos (también en culebras), o pueden estar situados en la parte anterior del maxilar superior y se llaman proteroglifos (como en Micrurus frontalis altirostris o “víbora de coral”).
Cuando los dientes especializados en inocular ponzoña son tubulosos, dentición solenoglifa, se sitúan anteriormente en el maxilar superior y son móviles, estando replegados contra el paladar cuando la boca está cerrada, mientras que al abrirla los dientes se enderezan y se dirigen hacia delante, permitiendo la inoculación del veneno con la mordedura (tal es el caso de Bothrops alternatus o “víbora de la cruz” o “crucera”, Bothrops neuwiedi pubescens o “yara” o “yarará”, y Crotalus durissus terrificus o “víbora de cascabel”).
En resumen: los ofidios con dentición aglifa y opistoglifa no son muy peligrosos para el hombre. Pero los que tienen dentición proteroglifa (en menor medida) y los de dentición solenoglifa (sobre todo) son los verdaderamente peligrosos para el hombre.
Resumiendo los tipos de dentición:
Tipo Característica Ejemplo
Aglifa Maciza Algunas culebras
Opistoglifa Acanalada, se ubican en la parte posterior de la boca Algunas culebras
Proteroglifa Acanalada, se ubican en la parte anterior de la boca Víbora de coral
Solenoglifa Tubular, móvil y situada anteriormente Crucera
Yara
Víbora de cascabel


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Dentro de las víboras peligrosas para el hombre de nuestro territorio, la “víbora de coral” constituye una excepción a las diferencias mencionadas en el cuadro, ya que siendo ponzoñosos tiene las características de no ponzoñosa. Pero debido a sus colores es fácilmente identificable.
La mayor parte de las serpientes son ovíparas, algunas otras son ovovivíparas, y unas pocas son vivíparas. En estas últimas se forma una placenta primitiva que permite el intercambio de materiales entre las corrientes sanguíneas embrionarias y maternas.
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Aglifa: no ponzoñosa Opistoglifa: ligera ponzoña
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Proteroglifa (ponzoñosa) Solenoglifa (ponzoñosa)
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